Todos sabemos de la importancia que es llegar a tener una buena salud, pero ésta no solo consiste en llevar una vida equilibrada sino que son necesarios unos buenos hábitos alimenticios para obtener una salud óptima, pero a veces este equilibrio se puede romper por diversos factores y la piel no está libre de ellos.
Cuando llega la estación del verano y se alcanzan grandes temperaturas, la piel queda expuesta a diversos riesgos y ataques haciéndose mucho más vulnerable, de ahí que una exposición prolongada pueda traer quemaduras solares, melanomas, prurito, alergias y otra serie de importantes complicaciones, algunos de ellos de difícil solución posterior y con evidentes necesarios tratamientos médicos.
A pesar de lo que la gente crea, el invierno es una estación en la que es conveniente mantener estos mismos cuidados ya que hay numerosos factores, propios del invierno, que hacen que la piel sufra igualmente y que pueden incrementar el riesgo de padecer ciertas enfermedades producidas por el frío.
Un dato muy importante a tener en cuenta en la sociedad actual en la que tanto han proliferado en las grandes ciudades, es que en invierno no se aconseja el uso de cabinas de rayos ultravioleta ya que hay un alto riesgo de padecer cáncer cutáneo.
También deberemos tener en cuenta los deportes de invierno, que ya viene siendo una práctica común cada día más y no pueden practicarse a la ligera pues la exposición solar en esta época del año es otro riesgo que potenciará los daños causados durante el verano.
De entre las enfermedades más comunes detectadas por los dermatólogos están los sabañones, dermatitis atópica, acné, o la psoriasis, por ello debemos llevar un cuidado de la piel a diario con una correcta hidratación y una buena protección.
Hoy en día hay algunas cremas de día, que además de cuidarnos, incluyen factores de protección solar, las cuales son recomendables porque nos protegerán de este tipo de riesgos.
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